La educación financiera ha cobrado cada vez más relevancia en Colombia. Aprender a manejar el dinero, planificar los gastos y tomar decisiones informadas no solo impacta en la economía personal, sino que también contribuye a la tranquilidad, el bienestar y la estabilidad de muchas familias. Cuando las personas entienden cómo funcionan sus finanzas, tienen mayor control sobre su futuro y mejores oportunidades para crecer.
En los últimos años, el país ha dado pasos importantes hacia la inclusión financiera. El uso de herramientas digitales como billeteras electrónicas, bancos en línea y aplicaciones móviles ha acercado los servicios financieros a millones de personas. Según datos recientes, el acceso a productos financieros como cuentas de ahorro, seguros y créditos ha aumentado notablemente entre 2022 y 2024. Sin embargo, el conocimiento sobre cómo usarlos de manera responsable todavía es limitado.
De acuerdo con el Banco de la República, una gran parte de la población adulta en Colombia aún tiene dificultades para comprender conceptos financieros básicos. Esto puede llevar a decisiones poco acertadas como el sobreendeudamiento, el uso excesivo del crédito sin respaldo o la falta de ahorro. Además, muchas personas no planifican para imprevistos o no aprovechan las oportunidades que les ofrece el sistema financiero formal.
Por eso, la educación financiera es tan importante. No se trata de saber de economía o de manejar grandes sumas de dinero, sino de tener las herramientas necesarias para tomar decisiones más seguras y acertadas en la vida diaria: desde cómo organizar un presupuesto mensual, hasta cómo elegir un crédito que se adapte a nuestras capacidades de pago.
En Colombia, diversas entidades del sector público y privado han venido desarrollando programas y campañas que promueven estos conocimientos. Iniciativas como «Nueva Pangea», impulsada por Asobancaria y Fasecolda, buscan enseñar finanzas personales a estudiantes de colegios en distintas regiones del país. A través de materiales didácticos y ejercicios prácticos, se trabaja en el desarrollo de habilidades como el ahorro, el manejo del dinero y la toma de decisiones responsables desde una edad temprana.
También existen eventos como la Global Money Week, que promueven la conciencia financiera en jóvenes y adolescentes a través de talleres, juegos y charlas. Estas actividades han tenido muy buena acogida y demuestran que aprender sobre finanzas puede ser algo cercano, práctico y hasta divertido.
Además, el crecimiento del acceso digital ha permitido que muchas personas encuentren nuevas formas de aprender. Videos, cursos virtuales, podcasts y apps financieras están al alcance de todos. La mayoría de los bancos y entidades financieras en Colombia ya incluyen contenidos educativos en sus plataformas, para que los usuarios comprendan mejor cómo funciona cada producto o servicio.
Desde el Fondo de Coberturas Crediticias, creemos firmemente que fomentar la educación financiera es parte fundamental de nuestro trabajo. No solo ofrecemos respaldo a quienes otorgan crédito, también buscamos que las personas y empresas entiendan cómo hacerlo de forma responsable, segura y pensando en su futuro.
Por eso, compartimos contenidos informativos que ayudan a nuestros usuarios a tomar mejores decisiones. Queremos que cada persona o empresa que confía en nosotros no solo acceda a una solución financiera, sino también a una herramienta de crecimiento.
Nuestra experiencia nos ha enseñado que cuando las personas entienden cómo funcionan sus finanzas, pueden proyectarse mejor, ahorrar, invertir en sus ideas, cumplir metas y evitar situaciones de riesgo económico. Es ahí donde nace el verdadero valor de la educación financiera: en permitir que cada individuo tenga más claridad y confianza para construir su camino.
Además, este conocimiento no solo beneficia a quien lo adquiere, sino también a su entorno. Cuando una familia organiza bien sus finanzas, mejora su calidad de vida. Cuando una empresa pequeña entiende cómo manejar sus ingresos, crece con mayor estabilidad. Y cuando una comunidad accede a oportunidades financieras de forma informada, se fortalece socialmente.
En resumen, hablar de educación financiera es hablar de herramientas para vivir mejor. Es una forma de promover el bienestar, la estabilidad y el desarrollo personal y colectivo. Por eso, desde el Fondo de Coberturas Crediticias, seguiremos comprometidos con este propósito: acompañar a más personas en su camino hacia una vida financiera más sana y consciente.